Fabulas






El maravilloso mundo de las fábulas de Esopo y Samaniego
Aprende tu relación con la vida a través de las fábulas

La tortuga y el águila 

Una tortuga que se recreaba al sol, se quejaba a las aves marinas de su triste destino, y de que nadie le había querido enseñar a volar. 

Un águila que paseaba a la deriva por ahí, oyó su lamento y le preguntó con qué le pagaba si ella la alzaba y la llevaba por los aires. 

- Te daré – dijo – todas las riquezas del Mar Rojo.

- Entonces te enseñaré al volar – replicó el águila. 

Y tomándola por los pies la llevó casi hasta las nubes, y soltándola de pronto, la dejó ir, cayendo la pobre tortuga en una soberbia montaña, haciéndose añicos su coraza. Al verse moribunda, la tortuga exclamó:

- Renegué de mi suerte natural. ¿Qué tengo yo que ver con vientos y nubes, cuando con dificultad apenas me muevo sobre la tierra?



Si fácilmente adquiriéramos todo lo que deseamos, fácilmente llegaríamos a la desgracia.
                         
Las moscas 

De un panal se derramó su deliciosa miel, y las moscas acudieron ansiosas a devorarla. Y era tan dulce que no podían dejarla. Pero sus patas se fueron prendiendo en la miel y no pudieron alzar el vuelo de nuevo. Ya a punto de ahogarse en su tesoro, exclamaron:

-- ¡ Nos morimos, desgraciadas nosotras, por quererlo tomar todo en un instante de placer !

Toma siempre las cosas más bellas de tu vida con serenidad, poco a poco, para que las disfrutes plenamente. No te vayas a ahogar dentro de ellas.


Los dos perros


Un hombre tenía dos perros. Uno era para la caza y otro para el cuido. Cuando salía de cacería iba con el de caza, y si cogía alguna presa, al regresar, el amo le regalaba un pedazo al perro guardián. Descontento por esto el perro de caza, lanzó a su compañero algunos reproches: que sólo era él quien salía y sufría en todo momento, mientras que el otro perro, el cuidador, sin hacer nada, disfrutaba de su trabajo de caza.
El perro guardián le contestó:
-- ¡ No es a mí a quien debes de reclamar, sino a nuestro amo, ya que en lugar de enseñarme a trabajar como a tí, me ha enseñado a vivir tranquilamente del trabajo ajeno !
Pide siempre a tus mayores que te enseñen una preparación y trabajo digno para afrontar tu futuro, y esfórzate en aprenderlo correctamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario